Williams Shakespeare
Fragmento de “Hamlet” Escena XIII
Amor, como la suerte, es inconstante:
que en este mundo
al fin nada es eterno,
y aún se ignora si
él manda a la fortuna,
o si esta del amor
sede al imperio.
Si el poderoso del
lugar sublime
se precipita, le
abandonan luego
cuantos gozaron su
favor; si el pobre
sube a prosperidad,
los que le fueron
más enemigos su
amistad procuran
y el amor sigue a
la fortuna en esto,
que nunca al
venturoso amigos faltan,
ni al pobre
desengaños y desprecios.
Por diferente senda
se encaminan
los destinos del
hombre y sus afectos
y sólo en él la
voluntad es libre,
mas no la ejecución;
y así el suceso
nuestros designios
todos desvanece.
Tú me prometes no
rendir a nuevo
yugo tu libertad …Esas
ideas,
¡Ay!, morirán
cuando me vieres muerto.
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