“Se levanta con mucho esfuerzo. Pasó varios días, no sabe cuántos , tirado en el camastro. La luz recortada por la ventanita del rancho le dice que es el mediodía de un día fuera de los almanaques. Abre la puerta y camina despacio hasta el arroyo. Vestido como está , se recuesta sobre las piedras del cauce mientras el agua helada, entre los escalofríos de su piel, le dibuja la imagen de un chico acostado, como él ahora, sobre las piedras pulidas de un arroyo que tal vez fuera este mismo, o no, quién sabe.”
......................................................................................................................................................................Nunca llegó a entender del todo la existencia de ese chico , tan poca cosa, pero que sin embargo le ocupaba toda la vida, como el vacío de la Antonia. Reparar la cerca, acomodar las pircas, cuidar que el piño no se desparrame por el bosque, todo lo hacía seguido de cerca por esa cosita que, también en silencio, gateaba, se levantaba, caía, después caminaba y se tropezaba. La sombra de una ausencia que siempre iba tras él. Años de cabezas gachas frente al plato de comida, de no decirse nada.
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………..“Después de un par de horas caminando llega al espacio abierto de la ruta. Ya pasaron muchos años desde la última vez que llegó hasta acá. Siempre encerrado en su mundo del bosque; ahora persiguiendo la sombra del hijo. Intenta armar desde su memoria, calculando inviernos y primaveras, cuánto hace que Antonio se fue, como él ahora, caminando por el borde de la ruta. Muchos años. Tantos, que seguramente también su hijo tendrá los cabellos encanecidos.”
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Los transcriptos son fragmentos del cuento que su autor, Jorge N. del Río tituló: “El Viejo”. Me conmovió toda vez que refiere a la soledad de las personas ancianas, y al concepto de que: quien es padre, o madre, lo es para toda su vida y querrá siempre ayudar, apoyar, acompañar con amor de padre o madre a sus hijos. Y cuando por circunstancias de la vida ha perdido el rastro de su o sus retoños, quiere saber, qué fue de ellos, si viven, si son felices, y… tantas cosas. La nostalgia, el amor de un padre, la ausencia del hijo y la decisión de sacudir su tranquila soledad para salir al mundo a saber del hijo ausente, es el tema de esta excelente historia que nos narra el autor en este cuento (Comentario de "Leer y Compartir")
INFORMACIÓN:La versión completa del cuento “El Viejo” de JORGE N. DEL RÍO,autor residente en San Martín de los Andes, provincia del Neuquén, puede hallarse en las bibliotecas populares, escuelas y otras instituciones. Fue editada, concurso mediante, por el Ministerio de Educación de la Nación en el año 2007 en el marco del Plan Nacional de Lectura . También en fascículos individuales se publicaron cuentos de otros autores. Para mayor detalle se transcribe párrafo tomado de los sitios: WWW.neuquen.com y www.laangosturadigital.com.ar
Las obras que forman parte de la colección fueron seleccionadas en un concurso literario organizado por la delegación neuquina de la Sociedad de Escritoras y Escritores Argentinos (SEA); en el marco de la Campaña Nacional de Lectura del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación.
Asimismo, fuera del concurso, se editaron los siguientes títulos: “Pueblo Originario Mapuche I y II”, recopilados por el centro de Educación Mapuce Norgvbamtuleayiñ y “El Tayil (Creencias Araucanas)”, de Juan Benigar.
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