miércoles, 28 de marzo de 2012

"LA NOCHE DE LA FLOR DEL CACTUS” por Ana María Manceda:

Novela que relata las vivencias de un grupo de estudiantes universitarios, en momentos muy difíciles de la vida política de nuestro país; cuando sólo por el hecho de ser joven y estudiante se era objeto de persecuciones y donde por sustentar ideas diferentes a las del poder dominante se iba preso o algo peor. Transcurre en las instancias de la dictadura que culmina con el regreso de Juan D. Perón a la Argentina.
En este ámbito , la autora hubica  los personajes que viven, estudian, se enamoran, sufren sin por ello dejar de sentirse jóvenes y alegres en procura de la felicidad.
Ana M. Manceda agrega otro ámbito en que se mueven sus personajes y es la zona aledaña a San Martín de los Andes , de donde uno de los personajes es oriundo y se verá en la disyuntiva de seguir en la ciudad de la Plata, donde ejerce su cátedra y está establecido y formado su hogar, o regresar a su pueblo en auxilio y apoyo de sus padres que han sufrido una terrible desgracia.
Con esos ingredientes ha construído una historia interesante, emotiva  y por momentos dramática donde pone en juego sus saberes, su perseverancia y el ahínco con que ha abrazado la difícil empresa de escribir y mucho más difícil de que sus trabajos sean publicados.
Ya hemos tenido numerosos cuentos y poesías surgidos de su pluma y publicados en diversas antologías; esta novela viene a confirmar sus dotes de escritora y su dedicación, que entendemos, continuará con renovado empeño.-



Fragmento:
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Frenó violenta, iba distraída, casi pasa el semáforo en rojo. Sucedían actitudes extrañas en ella, esa mañana le contó a un colega acontecimienos de su vida cotidiana que la sorprendieron, casi siempre coincidían con las guardias, con el tiempo al estar tantas horas juntosy tener que enfrentar situaciones límite hizo nacer entre ellos una sólida amistad, pero nunca había cruzado fronteras de la generalidad de la vida, hoy las cruzó. En realidad con Román convivían de manera armoniosa pero ella sentía que eran dos soledades compartiendo un destino común, no quiso seguir con sus pensamientos, todo se le presentaba incierto, pensó en sus hijos y sintió una sensación de paz que tanto necesitaba, por fin llegó a su casa, necesitaba verlos.        
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martes, 20 de marzo de 2012

MANUEL MUJICA LAINEZ



A LO ALTO Y A LO ANCHO

Fragmento de "Estampas de Buenos aires" (1.946)
La ciudad se nos escapa de entre las manos; se nos va para arriba y para la pampa. Por eso es menos nuestra. Quienes la habitaron antes de que diera el gran salto hacia las nubes y hacia el suburbio, debieron quererla como a un animal doméstico, al cual se podía acariciar sin que huyera. En el siglo pasado, Buenos Aires era un perrazo enorme, echado junto al río sobre la playa de toscas. Sus moradores la poseían totalmente, cada uno de ellos. Cuando venían de Montevideo o de allende el mar y desembarcaban en las carretas de ruedas colosales, rumbo a la aduana, Buenos Aires les cabía dentro de los ojos. Hoy la perdemos de vista, hacia arriba y hacia los lados. Garras y alas le brotaron al dogo familiar, que yergue su cuerpo de quimera sin que podamos verle la cara.

……………………y  cierra El autor esta estampa II de Buenos Aires, con las siguientes palabras:

Escuchemos, antes de cerrar este capítulo, la voz inspirada de Fernández Moreno quien define en un soneto denso, escrito en 1929, algunas de las emociones que he apuntado y que aprietan el corazón del poeta en mitad del trabajo ciudadano:

Me he detenido en frente del Congreso,
Y en medio del urbano torbellino,
He soñado en un rústico camino
Y me he sentido el corazón opreso.
Una tranquera floja, un monte espeso,
El girar perezoso de un molino,
La charla familiar de algún vecino,
¿no valen algo más que todo eso?
Se ahogaban en la esquina algunas flores;
A formidables tajos de colores
Abríase el asfalto humedecido
Como esbozando trágica sonrisa.
¡Quién va a fijarse en mí si hay tanta prisa!
¡Quién va a escuchar mi voz, si hay tanto ruido!

martes, 6 de marzo de 2012

Manuel Mujica Lainez

EL DORADO ( Fragmento de “Don Galaz de Buenos Aires” 1938)



La marcha azarosa, terrible,. Al anochecer, no se sabe si los juncales se van poblando de luciérnagas o de ojos de pumas.
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Galaz parece un desandrajado. El jubón que doña Uzenda le diera, a su partida de Buenos Aires, pende en jirones que dejan ver la carne flaca y tostada.
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Seis días hace ya que cabalgan. La selva se prolonga sin término.Es la selva bruja de los cuentos oídos en la orilla del llar, en la cocina del caserón. Los duendes se esconden en sus raíces y las amazonas galopan desnudas por sus claros, en alto las lanzas de mohara hirientes. Alguno de estos árboles será el guayacán que da mariposas por frutos.
Seis días. Los indios que les acompañaban, con un trujamán a la cabeza, les abandonaron ayer. Van solos y llevan del cabestro a un mulo cargado de armas y provisiones. A las veces , tienen que hacer alto, pues la maraña boscosa es tan tupida y tan agudas las zarzas , que las bestias no pueden avanzar.
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-¡La ciudad! ¡La ciudad! –gime el paje desfallecido-. ¡Dadme la espada del agüelo! La ciudad de oro…Toda de Oro…Una calzada de esmeraldas y la otra de piedras azules…¡A ganalla, a ganalla, por Buenos Aires!
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