lunes, 31 de enero de 2022

"Voy al Jardín" , poesía de Gloria L. Lucero


Con la mochila
 en la espalda,

saltando voy al jardín

allí me espera mi seño

y mis amigos también.

Todo es magia en el entorno,

todo es amor y amistad, 

el recreo, la merienda, 

los cuentos, el tobogán.

Canciones y adivinanzas,

rondas y rompecabezas.

Cantando pasa la tarde

aprendiendo un trabalenguas.

Hoy conocí unas letras 

y unos números también

y me insiste la maestra 

en que "debo compartir."

Pero a veces no lo hago

pues no me gusta prestar,

pero se que debo hacerlo

para aprender a jugar.

Debo lavarme las manos

antes de ir a merendar

y luego de saborearla,

los dientes a cepillar.

El jardín es el lugar

donde aprendemos jugando,

costumbres y buenos hábitos 

de a poco nos van formando.

Que a magia no se pierda, 

que dure toda la vida, 

que la inocencia la cubra

de globos, de serpentinas

y con dulces melodías

bailen las hadas madrinas.

Que Mambrú vuelva con vida,

Que Pinocho sea un niño,

que blancanieves se esconda

y el patito sea lindo.

Que la farolera juegue 

en el puente de Avignon,

mientras la bella durmiente

despierta su corazón.

Que pronto los tres cerditos

culminen con su casita,

y que el lobo tan malvado

no encuentre a caperucita.

Que sigan lloviendo flores

del bello jacarandá, 

mientras jugamos la ronda

mantantirulirulá.

                                                         Gracias a Gloria por tu poesía. 


viernes, 21 de enero de 2022

ESTEBAN ECHEVERRÍA y el Romanticismo en nuestro país

 

ESTEBAN ECHEVERRÍA “Albacea de mayo y poeta de la libertad"

Ya declarda la independencia de las colonias de España en la América latina, hacía falta que se afirmase el americanismq en literatura al  igual que lo hizo el americanismo en política, lo cual le estaría reservado a la generación de los románticos. De ella aparece como abanderado el argentino Esteban Echeverría (1805-1851), al frente de una pléyade de compatriotas suyos, que forman un grupo literario como no lo hubo en las demás repúblicas hispanoamericanas. Estuvo en Francia y aquel viaje en cierto modo tuvo un carácter simbólico. Se habían roto los vínculos políticos con Madrid; había que romper también los literarios. Se oponía Europa a España; y Europa, en aquellos momentos, era Francia, norma y guía del pensamiento universal. Defensor de los principios liberales de la revolución de mayo, fue fervoroso discípulo de la escuela romántica. En Paris, según dice el msmo en sus Memorias, se desprtó su vocación literaria leyendo a Shakespeare, Byron y Schiller. También por propia confesión se sabe que hubo de leer y estudiar en Paris a autores de nuestra lengua, pues “no conocía el idioma ni el mecanismo de la metrificación española”. Después de permanecer cuatro años en Europa, regresa a su patria portador de la nueva palabra del Romanticismo y publica, siguiendo a sus maestros franceses e ingleses, un poema idílico titulado Elvira o La novia del Plata (1832); a este sigue un tomo de versos : Los consuelos,de tono lírico y confidencial. Pero las intenciones de innovador político y literario que hay en Echeverría no se manifiestan hasta la aparición de su libro Rimas, editado en 1837, donde aparece su poema La cautiva, que señala a los poetas de su patria la predilección por los temas propios de su tierra, su historia y su ambiente. Echeverría canta a la pampa, al Plata, a la guitarra. Con todo, acaso sea lo mejor que salió de su pluma un cuadro de costumbres titulado El matadero, al que una prosa bien trabajada imprime vigoroso realismo.

Debe destacarse la enorme proyección ideológica y política que Echeverría tuvo en su generación y aun en generaciones sucesivas. Para él, las ideas liberales y progresistas de la época tenían un sentido concreto y nacional. Su Dogma socialista es un tratado político, y ese dogma es la libertad.

Otra gran figura es Juan María Gutiérrez (1809-1878), que postula también la doctrina del americanismo literario. También aunque con más significación política que literaria aparece Juan Bautista Alberdi (1810-1884); Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888) y entre otros más, José Marmol (1817?-1871).-

Siguen fragmentos de obras de Esteban Echeverría:

El desamor

Acongojada mi alma
día y noche delira,
el corazón suspira
por ilusorio bien;
mas las horas fugaces
pasan en raudo vuelo,
sin que ningún consuelo
a mi congoja den.

Entre mis venas corre
sutil, ardiente llama,
que sin cesar me inflama,
y llena de dolor.
Pero una voz secreta
me dice: ¡infortunada!
vivirás condenada
a eterno desamor.

Como muere la antorcha
escasa de alimento,
así morir me siento
en mi temprano albor:
ningún soplo benigno
da vigor a mi vida,
pues vivo sumergida
en triste desamor.

Como fatuo destello
que brilla y se evapora,
se disipó en su aurora
el astro de mi amor:
fuese con él mi dicha,
fuese con él mi calma;
quedóle sólo a mi alma
perpetuo desamor.


De La Cautiva, primera parte



Gira en vano, reconcentra
su inmensidad, y no encuentra
la vista, en su vivo anhelo,
do fijar su fugaz vuelo,
como el pájaro en el mar.
Doquier campos y heredades
del ave y bruto guaridas,
doquier cielo y soledades
de Dios sólo conocidas,
que Él sólo puede sondar.

A veces, la tribu errante,
sobre el potro rozagante,
cuyas crines altaneras
flotan al viento ligeras,
lo cruza cual torbellino,
y pasa; o su toldería
sobre la grama frondosa
asienta, esperando el día
duerme, tranquila reposa,
sigue veloz su camino.

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