lunes, 2 de diciembre de 2013

Textos de R. Tagore


Fragmentos de la obra teatral "La carta del rey"
“AMAL.-¡Me gustaría ser una ardilla! ¡Sería estupendo! ¿Por qué no me dejas salir, tío?
MADAV.-El médico dice que no es bueno para ti.
AMAL.-¿Cómo lo puede saber él?
MADAV.-¡Qué cosas dices! ¿Cómo no lo va a saber con la cantidad de libros que ha leído?
AMAL.-¿Y sus libros lo dicen todo?
MADAV.-¡Pues claro; no lo sabes tú bien!
AMAL.-(Suspirando)-¡Ay, soy tan bobo! Como no leo libros…
MADAV.-Pues entérate bien: las personas muy, muy instruidas hacen como tú; no salen nunca de casa.
AMAL.-¿De verdad que no salen?
MADAV.-No. ¿Cómo van a salir? De la mañana a la noche están dale que dale a sus libros, y no tienen ojos para nada más. Cuando seas mayor, caballerete, vas a ser una persona instruida. Estarás siempre metido en casa, leyendo unos libros muy gordos, y la gente que te conozca se quedará maravillada de tu sabiduría.
AMAL.-No, no, tío, por favor; por lo que tú más quieras. No me gusta eso de ser una persona instruida. ¡No quiero!
MADAV.-¿Pues sabes lo que te digo? A mí me hubiera encantado ser una persona instruida.
AMAL.-A mí no. Yo prefiero ir a todas partes y ver todo lo que haya que ver.
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SADA.-¡Amal!
MÉDICO REAL.-Está dormido.
SADA.-Le traigo unas flores. ¿Puedo ponérselas entre sus manos?
MÉDICO REAL.-Si, pónselas.
SADA.-¿Cuándo se despertará?
MÉDICO REAL.-En cuanto venga el Rey y le llame.
SADA.-¿Le dirás al oído una cosa de mi parte?
MÉDICO REAL.-¿Qué quieres que le diga?
SADA.-Dile que Sada no le ha olvidado.

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