martes, 9 de julio de 2019

Hamlet Lima Quintana,

Su poema que pinta la dura realidad de millones de argentinos que trabajan, en su lucha diaria por mantener una familia y no claudican a pesar de lo difícil de esa lucha y de saber que mientras él, padre de familia dobla el lomo y sigue adelante, otros , poderosos por el rol que sea que ocupan en la misma sociedad, se enriquecen lícitamente o no tanto, él sigue soñando en una vida mejor para sus hijos, en unas buenas zapatillas, en un abrigo y en el sencillo y romántico detalle de obsequiarle un par de rosas a Luisa, su compañera de vida. 

Los   políticos, los que gobiernan y manejan empresas en nuestro país deberían reflexionar  sobre esta historia, en este drama del día a día, que HAMLET LIMA QUINTANA, describe magistralmente en este poema. 

"Yo soy un tipo como vos, 
trabajo, 
me alimento, 
sudo un poco, 
me dibujo pensamientos en los ojos, 
me gusta la mujer, 
cuento los hijos, 
trabajo un poco más, 
ando sin plata". 

No sé por qué, desde que desperté esta mañana, estoy pensando eso: 

"Yo soy un tipo como vos, 
trabajo, 
me alimento, 
sudo un poco", parece el principio de un poema. ¿Pero cómo sigo?, ¿Qué digo?, ¿Qué tengo que decir? 

La hora, se me hace tarde. Todo es un enorme reloj. Yo le dije a Luisa que vivir en Morón y trabajar en el centro es un infierno, que tendríamos que mudarnos más cerca del trabajo. Pero se lo dije hace mucho tiempo y se lo repito todos los días. Y ella me escucha siempre como si fuera la primera vez. Pero, ¿Cómo hará Luisa para inventar tanta ternura todos los días? 
Cuando vuelva le traeré dos rosas. 

Sí, ya se querida: que coma bien al mediodía, que no me haga mala sangre, que me estarás esperando todo el día. Chau, Luisa. 
"Yo soy un tipo como vos, 
trabajo, 
me alimento, 
sudo un poco..."... Este andén está quedando un poco chico ¿Cómo entro ahora al tren si hay gente hasta en la puerta? Un empujón y ya está. Como todos los días. Vamos todos apretados, todos callados, todos enlatados, todos para adentro. Pero claro. Tienen razón, seria ridículo entrar y decirle: Buenos días a cada pasajero. ¿Ridículo?, pero hermoso. 
En el campo lo hacen. Quisiera abrir el diario, pero lo tengo debajo del brazo y no lo puedo mover. Según el reloj del tipo que está tomado de la agarradera, con un poco de suerte voy a llegar a tiempo. 
Yo le dije a Luisa que Pepe necesita pantalones y zapatos nuevos. Ya es grande el chico, es un muchachito. Ella quería comprárselos, pero este mes no se puede. Porque si compramos pantalones y zapatos nuevos, ¿cómo vamos a pagar la luz y el gas? Pero, ¿Cómo hará Luisa para inventar tanta ternura todos los días? 
Cuando vuelva, le llevaré dos rosas. Es un buen pensamiento. 

- Perdón señor. 
- No es nada. 
Claro, el tipo tenía que bajar, el piso lleno de pies, alguno tenía que quedar debajo. Esta vez fue el mío. 

"el piso lleno de pies, 
los espacios llenos de cuerpos, 
el aire lleno de caras", así tiene que seguir: 
"Yo soy un tipo como vos... 
Caigo después en la vereda, 
me pisan la cabeza, 
no hago caso"...Yo le dije a Luisa que Perico necesita un sobretodo. Hace frío. El chico tiene frío. Ella también quería comprárselo, pero este mes tampoco se pudo. Pero, ¿Cómo hará Luisa para inventar tanta ternura todos los días? 
Cuando vuelva le llevaré dos rosas. Es un buen pensamiento. Claro que es un buen pensamiento. 
Ahora estoy en el Once. A esta hora la cola del 101 es larga, pero con un poco de suerte voy a llegar a tiempo a la oficina. 
La oficina, la oficina. 

- Pero no, Gordo, ¿De dónde voy a sacar guita para prestarte? Pedir, pedir, siempre pedir. 
¿Pedir? A Juan Martín hay que enseñarle a pedir para que Luisa no tenga que lavar tantos pañales. Pero ¿Cómo hará para inventar tanta ternura todos los días? 
Cuando vuelva le llevaré dos rosas. Es un buen pensamiento. Aunque a veces me parece que está mas cansada que yo. 

...que coma bien, que me alimente, que no me haga mala sangre. 
Ahora estoy almorzando. Un sándwich. Son las 4 de la tarde y si no me apuro voy a llegar tarde al otro trabajo. La oficina, la oficina, la oficina. 

- Pero no che, ¿Otra colecta? ¿Todas las semanas pedir, pedir, siempre pedir? 
¿Pedir? A Juan Cruz hay que enseñarle a pedir, para que Luisa no tenga que lavar tantos pañales. Pero, ¿Cómo hará para inventar tanta ternura todos los días? 
Cuando vuelva, le llevaré dos rosas. Es un buen pensamiento. Aunque a veces me parece que está mucho más cansada que yo. 
Ahora es de noche. Estoy otra vez en el Once. Sé que no voy a conseguir asiento, pero cansado, apretado, humillado, y muchas otras cosas mas también terminadas en ado, por lo menos me queda el consuelo del regreso. 

"Quiero querer, 
me duele el corazón cuando lo pienso", seguime hablando así 
"Yo soy un tipo como vos". 
"Quiero querer 
me duele el corazón cuando lo pienso. 
La ternura me vuelve mas pavote". 
Ya pasamos Ramos Mejía. Ahora puedo abrir el diario. Pero el de la mañana. Me han robado vida. ¿Y quién me la devuelve? A vos te lo pregunto: ¿quién me la devuelve? 

"Me venden un buzón, 
por ahí anda la cosa", seguime hablando así, 
"Yo soy un tipo como vos" 
"Me venden un buzón, 
yo me doy cuenta. 
Y espero no sé qué, 
no lo comprendo" 

Llegamos a Morón. Por fin en casa. Hola Luisa. Hoy pensé traerte dos rosas, ¿sabes? Pero, ¿Cómo haces para inventar tanta ternura todos los días? 
Hoy pensé en traerte dos rosas. Perdoname, sólo te traigo tu cansancio y el mío. Son las dos rosas. Y ahora lo comprendo. Así termina ese poema que empecé esta mañana: 

"Yo soy un tipo como vos, 
lo que se dice: un semejante".





 

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