(Continuación)
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Cuando es día, si sale, es para dirse
A la punta de un poste a pararse,
Y allí suele pasarse las horas
Quietita, en silencio, sin chillar con nadie.
Si malquiere, no hay quien lo conozca;
Cuando quiere, tampoco se sabe.
Anda sola, y ni aun hay quien colija
Ni cuál es la hembra, ni cuál es el macho.
¡Y es muy corajuda!
Si le largan un tiro ‘escopeta,
La cabeza agacha,
Y pegando un chillido ‘e protesta
Va suave a posarse
A dos o tres postes más lejo’e distancia.
Lo qu’es por la noche, cuando todos duermen,
Ella ronda como un vigilante,
Pa matar las cuncunas y ratas
Que acaban las siembras,
Y en el hondo silencio ’e la noche
Pega esos alertas
Que a la ente espantan.
Además…ricuerdo,
Que una vez me encontré como un paria,
Muy triste e mi ‘esgracia,
Mi mujer se me diba muriendo…
Solito yo estaba,
y una pobre lechuza se anduvo
toita la noche volando por casa.
Al principio me dio una impaciencia,
una gana feroz de matarla,
y después…mucho miedo, y me puse
a hablar contra el cielo,
y ella me chistaba…
como si pretendiera prohibirme
de que blasfemara…
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