domingo, 17 de abril de 2011

Un cuento de mi autoría

Afrodita ha vuelto



Apenas se despertó, esa mañana, Adriana recordó lo que había soñado y se rió con muchas ganas: en el sueño, Leticia, una de sus compañeras, la más bonita y coqueta del curso, aparecía semidesnuda como la estatua de Afrodita que el día anterior había mostrado el profesor de historia en unas filminas. Estaban estudiando Historia griega.

Le había impresionado toda esa constelación de dioses y diosas que el profesor mencionó someramente, en un panorama general que, les anticipó, irían estudiando en el término de varias semanas. Comenzaron con Afrodita y los avatares de su vida amorosa y divina.

Ese día en el colegio, no les tocaba historia, pero Adriana igual encontró un momento para comentarle a Leticia, sobre su experiencia onírica, ambas rieron mucho y su amiga le preguntó -¿Y mis amantes, no aparecieron?

-Creo que sí, pero en segundo plano, no identifiqué sus rostros. Respondió la soñadora.

La noche siguiente, como respondiendo a la curiosidad de ambas chicas, soñó que Andrés, el chico más apuesto del curso, era Adonis y, poco a poco, día tras día; mejor dicho: noche tras noche, Adriana seguía encontrando en sus sueños a sus compañeros de la escuela y algunas personas del barrio.-

Esta situación un poco la divertía y también la preocupaba; por un lado la favoreció ya que estudiaba con mucho interés la mitología y tan compenetrada que sus notas de historia eran brillantes. De continuar así, tendría diez de promedio en ese trimestre.

Hasta Bruno, un jovencito del barrio, repartidor de gaseosas, rengo después de un accidente ocurrido años atrás, aparecía en sus sueños como Héfesto, y desposaba a Leticia.

Un día, dando lección oral, la soñadora se refirió a Afrodita, nombrándola lisa y llanamente Leticia.

-¿Cómo dijo? Saltó al instante el profesor y, sus compañeros, excepto la aludida que sabía de los sueños de la joven, la miraron como si le hubieran brotado alas en la cabeza. Pero, ella se corrigió de inmediato: -perdón profesor, quise decir Afrodita. Y siguió solventemente dando su lección.-

Terminó ese curso con diez de promedio en historia, al siguiente habían olvidado lo acontecido y claro, este año tenían moderna y contemporánea, hubiera sido interesante soñar con las dinastías europeas, los Tudor, por ejemplo, pero eso no ocurrió y el promedio de Adriana volvió a ser siete en historia.

Pasaron dos cursos más y egresaron, las dos amigas se siguieron viendo y un día Leticia anunció que se casaba, Adriana conoció al novio poco antes de la boda, se llamaba Efraín y al saludarlo la recorrió un escalofrío porque la saludó con el brazo izquierdo pues era manco del derecho. Por suerte vino a calmar la inquietud de Adriana, la circunstancia de que su amiga se fuera de la ciudad con el esposo y cada cual siguió diversos caminos en la vida. Adriana conoció tiempo después a quien sería su esposo, del que pensó en aquel casual primer encuentro que era, de verdad, un adonis llamado Andino. Se casaron y fueron muy felices…

....................................................................................................Continuará.............................................

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