Para quienes gustan de la obra de Bertolt Brecht, este libro dedicado a sus poesías es una selección excelente en la cual, y como dice el título del mismo, contiene ochenta de sus poemas.-
Título: "Bertolt Brecht 80 poemas y canciones"
Traducción y selección Jorge Hacker
Adiana Hidalgo Editora
2008
El prólogo, escrito por quien realizó la traducción y selección, JORGE HACKER, dice en su primer párrafo: Posiblemente la verdad desnuda de lo que Brecht pensaba y sentía se encuantra en sus poemas. Muchos de ellos suenan como confesiones, otros son denuncias y alegatos claramente ideológicos o didácticos, y otros -más personales- participan de esa mezcla de pasión y reflexión con la que observaba y expresaba el amor. Todos son cantos a su oficio, la dramaturgia, y a la única amante a la que fue fiel toda su vida: el teatro.
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Aquí una de las poesías que componen el libro recomendado:
RECUERDO DE MARÍA A.
Aquella tarde, aquel azul septiembre
quietos bajo un ciruelo en flor
la tuve entre mis brazos como un sueño
entre mis brazos aquel antiguo amor.
Encima nuestro en el cielo del verano
seguí una nube con la vista largo tiempo
RECUERDO DE MARÍA A.
Aquella tarde, aquel azul septiembre
quietos bajo un ciruelo en flor
la tuve entre mis brazos como un sueño
entre mis brazos aquel antiguo amor.
Encima nuestro en el cielo del verano
seguí una nube con la vista largo tiempo
era tan blanca y parecía tan alta.
Cuando volví a mirarla, se escapó en el viento.
Desde aquel día pasaron muchas lunas
nadando en la quietud sin detención.
De los ciruelos ya habrán hecho leña
y tú preguntas qué se hizo de mi amor.
Tengo que contestarte: no me acuerdo.
O no, ya sé, ahora me acuerdo bien.
Pero su cara no, no pude reencontrarla.
De lo único que estoy seguro: la besé.
Pero aun el beso lo hubiera olvidado
a no ser por esa nube que pasó.
Esa la tengo bien presente para siempre
era muy blanca y desde arriba descendió.
Puede que los ciruelos sigan floreciendoy
y que ya tenga siete hijos aquella mujer
Cuando volví a mirarla, se escapó en el viento.
Desde aquel día pasaron muchas lunas
nadando en la quietud sin detención.
De los ciruelos ya habrán hecho leña
y tú preguntas qué se hizo de mi amor.
Tengo que contestarte: no me acuerdo.
O no, ya sé, ahora me acuerdo bien.
Pero su cara no, no pude reencontrarla.
De lo único que estoy seguro: la besé.
Pero aun el beso lo hubiera olvidado
a no ser por esa nube que pasó.
Esa la tengo bien presente para siempre
era muy blanca y desde arriba descendió.
Puede que los ciruelos sigan floreciendoy
y que ya tenga siete hijos aquella mujer
pero esa nube sólo floreció pocos minutos
cuando volví a mirarla ya no la encontré.
Autor Bertolt Brecht
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