Te espero en los cauces
de mis venas.
En las profundidades de mis entrañas.
En la luz que cobra vida
en las mañanas,
en las sombras de mis noches
En la tortuosa senda
que mis pies descalzos desandan
En el sublime éxtasis
de mi espíritu elevado.
Te espero siempre.
¡Amor mío , amado!
Te espero,
libre o presa
inocente o sojuzgada.
Te espero en cascadas de alegría
con lágrimas o risas
¡Amor, amor del alma mía!
Mío, te espero siempre mío.
No te detengas ante nada.
Y si en mi búsqueda te pierdes
Te espero, te espero amor
Hasta que llegues.
lRoberta Casal
( del libro "Analogías")
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