Entrega II
Algunos días antes había sido el turno de las mujeres, familia y amigas de la comunidad del novio rendir la visita, esta vez a las mujeres del clan de la novia.
Y se recordó cuando, luego de hacer las pesquisas correspondientes sobre la honorabilidad de la candidata a esposa, luego que entre los parientes de ambos lados se había convenido la dádiva a dar que consistía en alhajas adornadas en oro para los padres de la prometida, luego en aquella armoniosa reunión, donde reinaba la felicidad. Esta unión vendría a fortalecer aún más las relaciones entre éstas dos comunidades de mercaderes.
Aquella tranquilidad se vio de pronto interrumpida por un estrepitoso ruido venido del cielo, por el espacio surcaba aquel F-18 Hornet volando a poca altura, circunvalando la comunidad, el asombro, luego la consternación cuando descendió y picó hacia la aldea, entonces, todos empezaron a huir, despavoridos ante la incertidumbre, de pronto se elevó, y ya a cierta altura, a su regreso, arrojó repetitivamente y sin tregua sus bombas sobre la comunidad, las madres con su cuerpo trataban de cubrir a sus retoños de aquel ataque venido quien sabe de dónde y porqué, los gritos desesperados y las plegarias suplicando la protección de Alá se mezclaban con el retumbar de las explosiones de las bombas al caer.
Se empezaron a ver cuerpos o restos de lo que quedaba volar por los aires, la consternación y el pánico se mezclaban ahora con las lágrimas y los desgarrados gritos de aquellos infortunados.
Algunos minutos después que duraron toda una eternidad, el silencio profundo, aún bajo las fumarolas de la aldea en llamas, los cuerpos dispersados por doquier, mutilados, destrozados, mientras en algún rincón, no lejos de allí, algún perro sobreviviente, malherido gemía en soledad.
Sin poder pronunciar palabra alguna, Hamza y Karima que lo habían visto todo desde su escondite en lo alto de la colina se acercaron un tiempo después, examinaban sin poder comprender las razones, los cuerpos de adultos y niños dispersados por doquier.
A este le faltaba la cabeza, a éste otra una bomba le arrancó las extremidades inferiores, allá, aquella madre, bajo su cuerpo sin vida trataba de proteger vanamente aquellos tres cadáveres de infantes y aquel cuadro también horrendo de aquella niña, prima de ellos, con las vísceras reventadas, al descubierto.
Mas allá, en aquella esquina de la aldea, quién sabe como, los novios tendidos, él que con su cuerpo en un postrer momento tratando de salvar la vida de su amada, logró arrastrarse hacia ella, para luego morir sobre su pecho, ella, con la mirada hacia el cielo, ambos yacían sin vida.
Nadie sobrevivió a aquel certero y mortífero ataque, todo era muerte y desolación. La vida arrancada de tajo en aquella humilde comunidad tan lejana é inaccesible a la civilización, ahora por razones ignotas, absurdas destruida, aniquilada, devastada.
Y entre los escombros buscaban afanosamente los restos de sus padres, ella contempló con estupor a su madre, cara al suelo y los ojos desorbitados, bajo su regazo, dos infantes, uno aún en la edad de lactancia, el otro apenas superaba los tres años, la madre en su espalda mostraba una enorme perforación y no muy lejos, sus otros hermanos al lado del padre.
Este fragmento de la novela de RonyFer atrapa, no hay duda, desde las primeras líneas. Allí el autor nos ilustra acerca de costumbres culturales del pueblo árabe. De pronto irrumpe la violencia desde el cielo; no de Alá su Dios sino de un arma terrible , en forma de avión,manejada por otro poderoso intruso; otros país que todos sabemos de quien se trata. Terrible este capítulo. Esperemos la próxima entrega para ver cómo continúa. Gracias a RonyFer por compartir con nosotros su relato.carlos
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