JORGE CARUCCI, Cacho para los amigos, nació en 1936 y es de ALLEN (Pcia. De Río Negro).Nieto de inmigrantes italianos por vía paterna y mestizo de vasco y criollo de parte materna.
Casado con Susi y con dos hijos: Mariano y María. Se vinieron a vivir en San martín de los Andes hace muchos años.
Tanguero hasta la clavícula, comenzó a escribir sus primeras poesías en la secundaria , enamorado de la vida y de algunas compañeritas del colegio.
En el año 2001 editó independientemente un libro de poesías: “A las cinco en Violetas” y en 2004 Ediciones de la Grieta publicó “ Revuelto Gramajo” una selección de cuentos y poesías de Cacho.-
Hizo muchas cosas más seguramente pero, aquí, queremos destacar que también ha incursionado en el teatro; me consta porque fue un proyecto compartido; recuerdo con mucho cariño, que integró el elenco de la puesta en escena , en el teatro SAN JOSÉ, de la obra” LA ÑATA CONTRA EL LIBRO” de ROBERTO COSSA.
Gracias querido Cacho por aquella notable actuación tuya en el personaje del locutor y gracias por permitirnos compartir algunas de tus hermosas poesías en este blog: “Leerycompartir”
Allen, donde estuvo mi casa.
Ni las acacias dejaron, nada
que pueda reflejar mi juventud.
¿Como reconocer mis pasos
en la simetría de una vereda
fría, sin alma, sin historia?
Hay un edificio sin recuerdos
donde estuvo la casa...la casa...
Una piedra nomás me bastaría
para construir en mi mente,
con todo su esplendor aquellos días.
Un ladrillo nomás de esas paredes
que guarde en sus poros todavía
un rescoldo de sol o de voz mía.
Algún patio pequeño, evocador ,
un árbol confesor, algún testigo,
que pueda contener un poco
la orfandad tremenda del regreso.
Ya ves, no puedo hablarte ¡no estás!
¡¿Que es esta mole indiferente?!
Que me prohíbe decirte, verte ,
sabés ,no pude venir antes.
Crucé el mar y claudiqué en la playa
quise volar pero perdido el rumbo,
me hundí en las catacumbas marginales;
sin yelmo ,sin lanza, sin rocín,
armado de una fe que no tenía
con una luz de amor en las pupilas
asombrado de asombrarme todavía.
asombrado de saber que yo tenía
dentro de mí lo que he buscado tanto.
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